El mapa de las obras urbanas

Durante dos semanas hemos estado recorriendo #obrasurbanas, como si lleváramos un mapa en la mano y hubiéramos ido visitándolas.

En el paseo hemos visto transformarse una vía para coches y peatones en una vía que también permita la circulación de bicis; los carriles para bicis se caracterizan por tener un color rosado, pero sobre todo deben estar bien señalizados para que peatones y ciclistas sepan cuál es su camino. Ya los romanos tuvieron en cuenta separar las zonas de peatones de las usadas por carros y animales, se cree que fue en la ciudad de Pompeya donde se construyeron las primeras aceras porque en esta ciudad era donde la aristocracia romana tenía sus fincas de recreo y así delimitaban el paso de las caballerías, carruajes y peatones. Además, de esta manera también se canalizaban las aguas de lluvia.

Y es que nuestras calles albergan todo un entramado de instalaciones por debajo que nos proporcionan diferentes servicios: alcantarillado, alumbrado público, telecomunicaciones, gas y red de riego de los árboles en caso de que haya vegetación. Generalmente cuando se aborda una reurbanización se aprovecha para renovar o cambiar aquello que se haya deteriorado.

Con respecto a parques y jardines, depende de la ubicación y el uso que se les vaya a dar requieren una intervención u otra, lo que sí está claro es que en todos es importante la vegetación.

Cada pueblo y ciudad ha ido variando el pavimento de sus calles en función de los materiales existentes en la zona y de las modas del momento: adoquinado de piedra, hormigón, adoquinado de hormigón, losas de piedra, baldosas hidráulicas, terrazo, adoquinado de cerámica… En muchas zonas históricas se intenta preservar el aspecto original, en otras prevalece la economía de materiales y en otros la practicidad y seguridad.

En definitiva, las calles son uno de los elementos básicos de la ciudad, por eso son más que zonas de paso: son lugares de encuentro, paseo, recreo o comunicación.